El titulo de la entrada es el magnifico lema elegido por la UNESCO para celebrar el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual de este año, que se celebra cada 27 de Octubre y que ya os informamos el pasado año.
Los documentos audiovisuales, tales como las películas, los programas radiales y televisivos, las grabaciones sonoras y de vídeo, contienen los registros principales de los siglos XX y XXI.
Por su capacidad de trascender las fronteras lingüísticas y culturales, atraer inmediatamente la vista y el oído, a las personas alfabetizadas y a las analfabetas, los documentos audiovisuales han transformado la sociedad al convertirse en un complemento permanente de los registros escritos tradicionales.
Sin embargo, son extremadamente delicados y se estima que no tenemos más de diez o quince años para digitalizar los archivos audiovisuales a fin de evitar su pérdida. Gran parte del patrimonio audiovisual del mundo ya se ha perdido irremediablemente a causa de la negligencia, la destrucción, el deterioro y la falta de recursos, competencias y estructuras, empobreciendo de esta forma la memoria de la humanidad. Se perderá mucho más si no se actúa en forma más firme y concertada en el plano internacional.