En pleno verano nos encontramos y gran cantidad de personas disfrutan de esos días de merecido descanso y, como no podía ser de otro modo en estas fechas, es necesario e incluso obligatorio que cada una de ellas se lleve su libro a la playa, piscina, montaña o donde sea. La cuestión es tener siempre algo que leer, algo con lo que poder distraer a esas horas muertas que nos pueden acechar durante algunos días veraniegos.
Llevamos varios años en los que el e-book está de moda, se populariza su uso, y eso se nota en nuestras costumbres y en nuestros hábitos lectores. Es por eso que seguramente algún día de playa de este verano, alguno de nosotros, veremos a alguien, tumbado plácidamente en su toalla o sentado en su silla playera, leyendo en su maravilloso libro electrónico uno de esos best-seller y a la vez compartiendo los puntos y comas del interesante texto, con los molestos granos de arena que no hacen mas que incordiar, y por que no, incrementado el numero de granitos por la actividad frenética del vecino playero que gusta de dar unos toques de balón recién salido del agua…